Entró en el lugar donde yo me encontraba, y cuando lo ví, la felicidad me invadió. Fui directa a él, hacía tanto que esperaba verle esa noche... Saludé a los demás, me abrazó.
Me miraba y le miraba, le miraba y me miraba. Yo sonreía, y él también.
De vez en cuando llamaba mi atención, y yo le respondía sonriendo.
¿Por qué? A penas podía hablar. No era que no quisiera hablar, sino que no podía, por felicidad supongo...
Recuerdo su voz, aparecen los escalofríos en mi cuerpo y la sonrisa en mi cara.
Recuerdo su mirada. Me miraba fijamente, a los ojos, y sus pupilas se dilataban... mucho...
Recuerdo su abrazo de despedida y vuelven a aparecer los escalofríos y la sonrisa. Fue un abrazo de los fuertes, como el que le das a alguien cuando no quieres separarte de él, cuando no quieres alejarte de él, cuando no quieres distanciarte de él...
Llamadas al móvil de camino a casa. Dormir. Alguien llama y te despierta, es él...
I miss you... Again.